Los productos de uso habitual que requieren un proceso de acabado son numerosos y, a pesar de ser muy diferentes entre sí, tienen un común denominador: forman parte de nuestra vida cotidiana, en casa o en la oficina, en el colegio o en el trabajo. Pensemos en los electrodomésticos, en las piezas de plástico que los componen.
Pensemos en el marco del televisor, en el tirador del congelador o en la ventanilla de la lavadora. En estos casos, el barnizado por rociado es la única forma de barnizar correctamente todos los componentes. Sí, ¿pero cómo? He aquí un típico ciclo de barnizado, optimizado en nuestro LAB para generar eficiencia en la transferencia de barniz y garantizar una calidad constante.
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